NORMANDÍA, UN LUGAR DE NOSTALGIA Y GLAMOUR
LA ESCAPADA PERFECTA DE FIN DE SEMANA DESDE PARÍS
Para muchos de ustedes es posible que este lugar ni siquiera esté en el imaginario y para muchos otros Normandía no es más que un lugar en la memoria que evoca nostalgia y periodos de guerra que quisiéramos olvidar, pero, a pesar de todos los acontecimientos que esta región ha sufrido, esta es una región mágica en la que se respira glamour en cada esquina y llena de atractivos que cualquiera quisiera disfrutar.
Normandía es sinónimo de campos ondulados llenos de vacas normandas y queso camembert, playas lluviosas y húmedas con acantilados de película, castillos y abadías con mucha historia, pueblos costeros y coloridos, carreras de caballos, paisajes llenos de encanto y una gran historia. Este es un lugar en el clima es por lo general húmedo, llueve muy seguido y los vientos son a veces fuertes y fríos, pero es precisamente esto lo que le da un toque romántico y glamuroso increíble que no se pueden perder. Por esta y mil razones mas, si visitan Francia y tienen la oportunidad, no dejen de ir a Normandía, es el plan perfecto para un fin de semana o un par de días.
Llegar desde París es fácil ya sea en su propio carro o en tren. En tren toma alrededor de dos horas y normalmente se llega a Deauville y luego desde aca los pueblos importantes y ciudades de Normandía están conectados por tren. En carro Normandía está a solo una hora de París, pero hay que tener en cuenta que los trayectos entre los diferentes lugares de Normandía suelen ser muy largos y tediosos y los peajes son más costosos en comparación con las demás carreteras francesas.
Si van a estar varios días en Normandía y lo que están buscando es tener una buena vida nocturna, el mejor pueblo para hospedarse y con el mejor ambiente es Deauville, ya que es muy central y este se convirtió hace tiempo en lo que East Hampton es para la ciudad de Nueva York. Aun así, teniendo en cuenta que los trayectos entre cada lugar son largos, si van a manejar depronto les recomendaría que se hospeden en varios lugares y así no llegan tan cansados, pero mínimo una noche, que sea viernes o sábado) en Deauville.
De esta región nos podríamos quedar visitando y recorriendo muchísimos pueblos y paisajes, pero esos que no se pueden perder son los siguientes:
Mont Saint Michel
El monasterio de la isla de Mont-Saint-Michel, que fue construido en el 708, es uno de los monumentos más visitados de Francia, y con solo llegar te das cuenta que esta no es una afirmación cualquiera. La cantidad de personas que visitan este lugar NO ES NORMAL, es el lugar con más concentración de turistas que he visto. Y es que el único atractivo de este lugar no es solo el monasterio sino la isla en sí misma pues alrededor del monasterio se ha ido desarrollando un pueblo colorido y pequeño con restaurantes, hoteles y almacenes. De hecho se dice que dormir aquí en la isla es una buena elección, pues es la forma de disfrutar del lugar sin tantos turistas, pero a mi manera de ver, es muy costoso y es un lugar de paso, además que no aguantaría subir mis maletas por esa loma y con tantos turistas.
El parqueadero es gratis, pero estos quedan a 40 minutos caminando del monasterio, por lo que los shuttles que llevan hasta el lugar también son gratis. Aunque la caminata es larga, acercarse e ir viendo lo imponente y majestuoso de este lugar, no tiene precio, además que todo el mundo es con sus perros, montando en bici y recorriendo el lugar, lo que lo hace una experiencia mágica. Aquí juega un papel la suerte, pues lo ideal es poder ver el lugar con marea alta y apreciar la forma en la que se refleja todo en el agua a manera de espejo.
La ingeniería utilizada para construir este sitio es impresionante pues todas las tierras que hay alrededor son movedizas y la marea sube y baja de forma constante, por lo que está construido sobre una roca y con un puente que lo comunica con tierra firme.
Una vez cruzamos el puente y estamos en la isla, la vía para llegar al monasterio, que es donde están los restaurantes, hoteles y almacenes, es estrecha, por lo que les recomiendo prepararse para la multitud. Las boletas valen 10 euros por persona y aguantarse las personas y los estrujones subiendo a la cima, vale la pena. Eso si, compran las boletas con anterioridad, pues de lo contrario sería imposible por la fila. La vista es absolutamente increíble y el monasterio tiene un patio interior hermoso. Al regreso nos devolvimos por las rampas que van por fuera del castillo, desde donde se ve el mar, y almorzamos en un restaurante que se llama La Mere Poulard, con una vista linda al mar y acá desde 1888.
Bayeux
El trayecto entre el Mont Saint Michel y Bayeux es de 1 hora y 40 min aproximadamente.
Aquí las personas llegan para conocer principalmente el Tapiz de Bayeux. Inscrito en el “Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO”, este tapiz bordado a mano es uno de los más antiguos que se conservan (s.XI). y narra con detalles la Conquista Normanda de Inglaterra. Adicionalmente también vienen para visitar Omaha Beach, la playa donde se realizó la invasión del Día D en la segunda guerra mundial, la mayor invasión marina de la historia.
Aun así, mi paso por Bayeux fue rápido, visitamos la hermosa catedral (con un órgano que casi me hace llorar de lo lindo que sonaba), y comimos creppes en la crepería Au Louis d’or, ¡muy ricos!. Este pueblo tiene un estilo que me recordó mucho a Inglaterra.
Aquí otros atractivos son las playas, la Catedral de Notre-Dame de Bayeux, el Musée Baron Gérard, la calle principal Rue Saint-Jean.
Deauville
Deauville, es considerado la «Riviera» del norte de Francia, el tramo de 40 kilómetros entre Honfleur y Caen conocido como Côte Fleurie (o «la costa florida») es un recorrido hermoso de costa y pueblos junto a la playa y villas de lujo. Deauville y Trouville-sur-Mer son los lugares en los que se puede disfrutar del mar y playas. Deauville es famoso por su hipódromo, carreras de caballos y por el famoso festival de cine.
Llegamos a Deauville y con solo con entrar ya estábamos enamorados de lo que veíamos. Cada casa parece un mini palacio o castillo, todas diferentes pero cada una con su esencia única. Para nuestra sorpresa, el Airbnb en el que nos hospedamos queda en el segundo piso de uno de estos mini castillos, por dentro totalmente moderno y remodelado. ¡Me encantó, absolutamente hermoso!
Esta noche recorrimos Deauville sin afán, admirando los almacenes de marca, el hotel Barriere y La Mairie (alcaldia), sus fuentes y plazas pero sobre todo a la gente…organizada, arreglada y con ropa hermosa. Los carros en las calles son de marcas de lujo (Aston Martin, Ferrari, Porsche, etc).
En Deauville les recomiendo los restaurantes L’essentiel, que tiene estrella Michelin, Le Spinnaker más relajado, Chez Augusto Laurent de comida de mar pero un poco acartonado y formal, Brok café típico. Nuestra elección para esta noche y a la cual llegamos por accidente fue Maximin Helio, tiene estrella Michelin y aunque en principio es desambientado, la comida es una experiencia única y una de las mejores que he probado, también de las más costosas. El pueblo tiene bares y un ambiente muy acogedor para pasar un buen rato.
Al siguiente día, comenzamos la mañana con un desayuno delicioso en Café de la Mairie, el lugar perfecto para verla gente pasar y la cotidianidad del lugar, mi plan preferido en Europa y más en este lugar, con un café y la mejor compañía.
Aquí un buen plan es caminar por Promenade des planches, un sendero peatonal en la playa con casas para alquilar y cambiarse (cada casa tiene el nombre de una persona famosa) La playa es muy larga y ancha, depende del día, se puede pasar un rato en ella o simplemente recorrerla por el sendero caminando o en bicicleta.
Étretat
Étretat queda a una hora y media de Deauville en carro dependiendo del tráfico especialmente en el puente La Havre.
Étretat es un pueblito en la costa de Albâtre, que es muy conocido por sus acantilados, incluyendo el arco natural la Porte d’Aval y el pilar rocoso L’ Aiguille Creuse.
Este pueblo es también muy concurrido, está por lo general lleno de gente y la parqueada es difícil. Nosotros, evitando la multitud, decidimos tomar un vino y apreciar la vista panorámica desde un hotel súper chévere que se llama Dormy House. Fue la mejor idea, pues el parqueadero es gratis, la vista es hermosa y se puede caminar por el pueblo y los acantilados.
No se vayan de Etretat sin caminar por los acantilados por los senderos que va la gente, pues es así como realmente verán los puntos más famosos.
Honfleur
Este lugar está a 30 minutos en carro desde Deauville. Parquear aquí también es misión imposible, hay que dedicar un rato a encontrar parqueadero. El pueblo tiene calles peatonales llenas de restaurantes y almacenes. Muy chevere. El puerto es muy lindo y pintoresco, es una antigua ciudad fortaleza. Este es un lugar para caminar y sentirse en el pasado, les recomiendo dar un paseo por Le Vieux Bassin (o Old Harbour) y perderse en los laberintos y calles diminutas. La parada aquí puede ser de paso, pero vale la pena recorrerlo, disfrutar de su hermosura y ver a Saint Catherine, la catedral de madera más grande de Francia.
Acá queda el Ferme Saint Simeon, una posada hermosa del siglo XVII. Es un hotel increíble, uno de los mejores de la zona pero también costoso. Si deciden quedarse aquí, es un privilegio. Disfruten de la comida de este lugar y de su esencia. Prueben los calvados destilados o licor de manzana, una especialidad en esta región.
¡Anímense, unos días en Normandía, son el escape perfecto!
Marcela Isaza, Directora de What If? Travel.