MI EXPERIENCIA REGENT SEVEN SEAS by SWISS ANDINA
La mayor parte de mis viajes, los he hecho por mi cuenta, con mi conocimiento y mi forma de investigar e invertir en experiencias. Siempre les he dicho que no soy muy amiga de los cruceros, precisamente por mi forma de pensar un destino y de planearlo todo para conocerlo en su esencia y en sus diferentes ópticas. Me gusta disfrutar los destinos que visito, hacerlo con calma, saboreando cada espacio, sentándome a tomar algo mientras que disfruto de la vida local, recorriendo cada una de las esquinas que posiblemente recorrería un local… sin afanes ni contra reloj. Por algunas experiencias que he tenido, viajar de esta manera es muy difícil cuando es en un crucero.
Siempre hay una excepción y hace algunos años tuve una experiencia de crucero que me cautivó, fue una experiencia con mi familia en la que la compañía de cruceros Regent Seven Seas, sin una sola palabra y por medio de momentos y detalles, pudo convencerme de que era más que una súper opción de viaje, vacaciones, descanso y luna de miel.
Este mes, junto a Swiss Andina, empresa aliada y en la que confío plenamente, tuve el placer de visitar de nuevo un crucero Regent Seven Seas y vivir otra vez la #ExperienciaSwiss. Quería volverlo a vivir y a disfrutar, pero esta vez tenía un factor mucho mejor, iba en un plan de vivir esta oportunidad con mi esposo, casi que una segunda luna de miel combinada con mi trabajo y de la mano de mi mejor aliado en viajes de lujo.
Después de conocer de cerca navieras como Regent Seven Seas, en las que se incluyen experiencias absolutamente completas en cada puerto que te permiten empaparte muy bien de cada destino y que además logran antojarte para conocer el resto del lugar, mi concepto de cruceros tuvo una variación. ¡De eso se trata un crucero! De ser capaz de ofrecerte diferentes culturas en experiencias tan completas que te quede la satisfacción de haber conocido, de haber descansado y de haber disfrutado de la mejor gastronomía de cada lugar mientras navegas.

Aquí tienen un poco más de esta compañía de cruceros y de mi experiencia con Regent Seven Seas.
Toda esta experiencia comenzó como un sueño y lo digo porque en realidad, es un sueño hecho realidad. Llevaba más de 3 meses investigando y enamorándome locamente del Mediterráneo, pero sobre todo, de la Provenza, y tener la posibilidad de vivir esta experiencia gracias a Swiss Andina, y poder contárselas no pudo haber sido mejor.
Para los que no conocen esta naviera, les cuento que es una de las navieras con mejor servicio del mundo, en donde en los barcos hay máximo 700 pasajeros en aproximadamente 375 habitaciones que son todas suites y el 98% tiene balcón. Además, cuenta con un personal de tripulación proporcional a los pasajeros de 1 a 1.5 por persona a bordo, lo que hace que el servicio sea totalmente personalizado, tanto que en ocasiones el personal de servicio se sabe tu nombre, de modo que te sientes como en casa.
Estos son para mi, algunos detalles que hacen la diferencia:
- Meseros y tripulantes casi que al segundo día, ya tienen claro qué te gusta, qué prefieres y qué no.
- En la habitación hay una carta de almohadas para morirse de la emoción, ¡SÍ, ALMOHADAS!
- Un servicio 24 horas a la habitación en donde le puedes pedir a cualquiera de las 2 personas encargadas de tu cuarto, que te llenen el mini bar con esas cosas que te encantan,de lo que tengas antojo o cualquier cosa del menú.
- Ofrecen una selección de vinos premium y licor premium que enserio sorprende.
- La gastronomía es única y con mucho para escoger en cualquiera de sus restaurantes, pero lo mejor es que está la opción de que te consientan con el plato que te sueñas y que no está en la carta.
- Restaurantes increíbles, pero lo mejor: ¡una mesa privada!
- Absolutamente TODO está incluido, así que la billetera no se necesita en el barco.
- Las experiencias en cada puerto también están incluidas y son en grupos reducidos, máximo 40 personas, y se adecuan al tipo de viajero que seas y según la que escojas.
- ¡IMPORTANTÍSIMO! El barco tiene wifi todo el tiempo.
- Las habitaciones tienen un vestier enorme y el servicio de desempacarte la ropa si así lo quieres (este último servicio en cierto tipo de habitaciones).
- Los productos de aseo de los baños, son marca L’Occitanne, lo que lo hace aún más exclusivo.
- El baño es muy acogedor, provoca quedarse toda una tarde relajándose en la bañera, también tiene un tocador espectacular.







Sé que deben estar pensando en el precio y en lo costoso que debe ser vivir esta experiencia que como ya pudieron ver, es realmente de lujo. El valor de esta experiencia puede parecer costoso si se compara con otras navieras, pero una vez que pisas el barco y empiezas a vivir cada momento, cada detalle, cada comida, cada trago, deja de ser costosa.
Si hacen un cuadro de los gastos que implica un viaje por diferentes destinos considerando los transportes, los hoteles, comidas, productos de aseo, licores, entradas y experiencias, podría darles un resultado incluso mayor al valor de Regent Seven Seas.
Iba super ansiosa por vivir esta experiencia y por poder captar cada detalle para contarles todo, y esto incluía desde que nos recogieran en el aeropuerto el día anterior al barco para llevarnos al hotel 5 estrellas que ya estaba incluido por la naviera en Barcelona al igual que los traslados desde y hasta el aeropuerto, hacia o desde los hoteles y desde y hacia el barco siempre y cuando estén en una categoría Concierge D o superior.
En esta ocasión llegamos a Barcelona y nos hospedamos en el hotel THE ONE BARCELONA, que queda en la zona de Eixample, a una cuadra del Passeign de Gracia, con una decoración hermosa y con mil detalles únicos. Al día siguiente, 12 de septiembre, nos recibió este súper barco.
Embarcamos más o menos a las 12 del día en un día lluvioso, en el que habíamos disfrutado toda la mañana recorriendo Barcelona, una ciudad que mi esposo no había conocido y que le encantó.
Mi primera impresión fue lo fácil que fue el registro y el proceso para subirnos al barco, pues en ningún momento tuvimos que hacer fila ni esperar. Cuando entramos al barco, nos estaban esperando con Champaña y con la noticia de que nuestro cuarto no estaría listo hasta las 2:00pm. Yo estaba súper preparada porque lleve en la mano mi mochila de Thule con algunas cosas esenciales por si queríamos ir a la piscina. Si quieren saber más sobre qué empacar en la maleta de mano para subirse a un crucero, haga clic aquí.





Esta naviera tiene por política que sus barcos no pueden pasar más de 3 años sin remodelarse, y en su decoración vi la diferencia. Con solo entrar, la decoración y la música en sí, ya hacían mi experiencia increíble. Como era un día lluvioso, nuestro plan de ir a asolearnos no se pudo dar, pero eso nos dio la oportunidad de disfrutar nuestra champaña en el Observation Lounge, con una vista de todo Barcelona, en el piso 11 y un piano de fondo. ¡Increíble! El mejor comienzo para lo que sería una verdadera #ExperienciaSwiss en el crucero Regent.
El barco ofrece diferentes lugares y ambientes que se pueden disfrutar en muchos momentos y que tienen actividades para todos los gustos, aquí les cuento sobre algunos:
- Constellation Theater, el lugar donde se realizan shows de entretenimiento.
- Salón de juegos, el lugar de encuentro para los que les gustan los juegos de mesa.
- Voyager Lounge, un bar que a la vez es discoteca.
- El Casino.
- Compass Rose, el restaurante principal del barco, no se necesita reserva y la comida es increíble. Pidan el Sea bass con glasé de miso.
- Coffee Connection, un buen lugar para un snack.
- Boutique, para antojarse y para algunas compras.
- Prime 7, un restaurante increíble, donde solo se puede ir con reserva.
- Chartreuse, mi preferido, un restaurante francés donde solo se puede ir con reserva pero que vale la pena ir más de una vez.
- Horizon Lounge, un bar/lounge en la parte de atrás del barco perfecto para relajarse o para tomarse algo.
- Spa, masajes, terapias y relajación.
- Fitness Center, el lugar para hacer deporte y ejercitarse en el barco.
- Salón de belleza.
- Librería, donde puedes tomar prestado durante el transcurso de la navegada los libros que quieras.
- Observation Lounge, un bar en el piso 11 con una vista increíble hacia adelante del barco.
- Piscina y Jacuzzi.
- La Veranda / Sette Mari, el Buffet del barco, que en la noche se transforma en un restaurante italiano.
- Pool Grill / Pool Bar, por la mañana sirven desayunos saludables y al medio día es de comida americana.
- Para entretenerse o jugar: Putting Green / Golf Net / Shuffle Board / Jogging Track / Ping Pong.
Como muchos saben, yo soy súper organizada y me encanta planear todo con tiempo. Una de las cosas que más me gusta de Swiss Andina, es que antes de salir para el viaje te ayudan reservando 2 noches de restaurante en el barco y las experiencias en cada puerto, o para los más tecnológicos, incluso lo pueden hacer online.
En cada puerto viví una experiencia única, pero tengo que decirles que mis preferidas fueron La Costa Brava en España y La Provenza en Francia.
En La Costa Brava fuimos a Tossa de Mar, un pueblo medieval encantador, con calles empedradas, una fortaleza con una vista mágica, una playa en forma de medialuna con piedras rocosas y arena que hacían un contraste increíble con el agua cristalina. Aquí pudimos caminar y recorrerlo por nuestra propia cuenta (o los que querían podían irse con el guía) y luego nos llevaron a Lloret de Mar a los jardines de Santa Clotilde, colgados en un acantilado con una vista espectacular que hacen que la vegetación sea perfecta para el paisaje.







En La Provenza nuestro grupo era de 20 personas, a las que nos llevaron a recorrer 3 pueblos de la región de Luberon, por vías pequeñas, pasando por cultivos y paisajes hermosos. Fuimos a Lourmarin, Rousillon y Gordes, cada uno con un encanto único, en el que teníamos el tiempo libre para recorrerlos, conocer sus mercados provenzales, comer delicioso y comprar cosas.
















Aunque estos puertos fueron mis preferidos, también estuvimos en Mónaco, donde la ubicación del barco era tan perfecta al frente del Casino de Montecarlo, que no provocaba salir del barco; aún así fuimos a Eze, un pueblo a media hora que vale la pena conocer porque es como sacado de un cuento y tiene una vista infinita sobre la costa azul; y aprovechamos para ir a una playa que me encanta, que se llama Paloma Plage.







Luego fuimos a Ajaccio en Córcega, que para mi gusto no valió tanto la pena, pero más que todo porque el clima no nos ayudó. Me encantaría volver a Córcega pero a Bonifacio o a Porto Vecchio para conocer sus famosas playas.




Precisamente por el clima, nuestros planes cambiaron y aunque inicialmente íbamos a Portofino, tuvimos que desviarnos e ir primero a La Spezia y luego a Génova. En La Spezia escogí una experiencia para ir a conocer Porto Venere, uno de los pueblos más fotogénicos de Italia, y aunque por culpa del clima solo pudimos ir a verla y no bajarnos a recorrerla, les cuento que quedé enamorada de este pueblito y me encantaría volver. Aprovechamos y nos fuimos para Cinque Terre a Vernazza, quería darle una segunda oportunidad y me encanto; la vez pasada, no sé si porque estaba haciendo 43º o qué pudo haber sido, pero no nos había gustado tanto y esta vez lo disfrutamos mucho. En Génova, fuimos a conocer Camogli, un pueblito de pescadores muy lindo.



















Como pueden ver, en una sola decisión de viaje que fue un crucero Regent, pude conocer, disfrutar, descansar y devolverme con mil experiencias para recordar y para contar. Gracias a Swiss Andina por acompañarme en esta súper experiencia y por darme la oportunidad de vivirla para contarselas.
¿Qué esperan para planear su próximo viaje a bordo un crucero Regent? El momento es ¡AHORA! y la mejor forma de hacerlo es con Swiss Andina.
#ExperienciaSwiss
Marcela Isaza
Directora What If?